Galletas de avena, manzana y miel

Ahora que volvemos de las vacaciones con fiestas, comidas familiares y algún que otro capricho gastronómico, ayer decidí preparar unas galletas para el desayuno que son muy sanas y nos dan la energía suficiente para empezar el día con ganas y sin pensar en el estrés postvacacional. 

INGREDIENTES

•  200 gr. copos de avena
•  100 gr. harina integral
•  60 gr. azúcar moreno
•  dos cucharadas colmadas de miel
•  2 huevos
•  150 ml. aceite de oliva
•  1 manzana golden grande (aprox 200 gr.)
•  2 cucharaditas de levadura
•  una cucharada de canela
•  1/4 de cucharadita de nuez moscada (opcional)
•  pizca de sal
•  2 cucharadas de zumo de naranja o 1 cucharada de zumo de limón (opcional)
•  1 cucharadita de extracto de vainilla

ELABORACIÓN

 Primero vamos a preparar el horno para que se vaya calentando a 180º.

 Comenzaremos mezclando en un cuenco los ingredientes secos (harina, copos de avena, azúcar moreno, levadura, canela, nuez moscada, sal).

 En otro bol, batimos los huevos junto con el  aceite, la miel y el extracto de vainilla. Mezclamos con los ingredientes secos y añadimos la manzana que habremos picado en trocitos muy pequeños o incluso la podemos rallar si no queremos encontrar los trocitos de manzana.
 Si queremos darle un toque más cítrico podemos añadir a la manzana una cucharadita de zumo de limón o dos cucharaditas de zumo de naranja antes de mezclarla con el resto de ingredientes.

 Una vez que tenemos todo bien integrado, preparamos unas bolitas con la mano, para ello podéis mojaros las manos primero para que no se os pegue demasiado la masa. Las ponemos en una fuente de horno en la que habremos puesto un papel de horno y una vez en la bandeja las aplastamos un poco.

 Las metemos al horno unos 12-15 minutos a 175-180º, hasta que veamos los bordes un poco tostados.

 Para sacarlas de la bandeja habrá que tener cuidado para que no se partan y sacarlas a una rejilla para que se enfríen.

 Una vez frías se pueden guardar en una lata, que nos aguantan una semanita si es que llegan porque normalmente en mi casa no duran tanto. Además suelo llevar a mis compañeros de la oficina y allí si que vuelan...